O Caminho – Una vida de bolsillo
Ríe mientras caminas y camina mientras puedas, al fin y al cabo, todo caduca y una vez finito, se desvanece y sin que nos dé tiempo a reaccionar, todo vuelve a comenzar.
Cuando la tristeza te inunda sin sentido, cuando uno llega a odiar incluso ese paso frío y metálico entre dos identidades paralelas, entre dos corazones heridos que tardarán en estar perfectos.
Amistades de siempre, amistades para siempre. Sensaciones eternas, vivencias sanas y sumamente inmortales.
Y esto, es imposible de entender si no se vive, imposible de vivir si uno no está dispuesto a todo. ¿Lo estás? Quizás yo lo esté.
Solamente con unas almas equidistantes nos sentiremos realmente libres. Y cómo se mide esa distancia os preguntaréis.
Es simple, es algo que se nota, se siente.. Cuando dos personas vibran en la misma frecuencia, todo a su alrededor sobra, miradas profundas que perforan el alma, silencios que hablan sin sonido.
La vida es así, como esos momentos efímeros, que sólo por su duración se convierten en eternos, semejantes a esa marea que baja al mismo ritmo del sol, como si de un baile al compás se tratara, ambos al unísono, leve pero eternamente fundidos en uno solo.
Algún día nada será igual, posiblemente todo cambie, una luz al final del camino puede que nos ciegue. Por ello, por favor, volad libres, hacedlo. Pues lo importante no siempre es llegar, muchas veces lo realmente increíble es: el camino.
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